¿Qué diferencias existen entre un apeo y un apuntalamiento?

Los apeos y apuntalamientos en construcción son sistemas o estructuras temporales diseñados para mantener o redistribuir la carga de partes de un edificio que presentan problemas estructurales, con el objetivo de prevenir movimientos no deseados o riesgos de colapso.

Aunque a priori ambos conceptos puedan parecer iguales, lo cierto es que existen algunas diferencias entre un apeo y un apuntalamiento. Los dos se emplean para aportar seguridad y estabilidad a una parte o a una edificación completa, es decir, son estructuras auxiliares que sostienen temporalmente algún elemento del edificio con problemas y evitar posibles movimientos o derrumbes.

El apuntalamiento es un recurso muy utilizado en labores de rescate de víctimas después de un derrumbe, mientras que el apeo consiste en la colocación de armazones en la totalidad o en parte de una construcción o terreno.

apeo o apuntalamiento

¿Qué son los apeos?

Según la RAE (Real Academia de la Lengua), apear es “sostener provisionalmente con armazones, maderos o fábricas el todo o parte de un edificio, construcción o terreno”.

Normalmente, el apeo se utiliza para sostener o reforzar una estructura con el objetivo de evitar su derrumbe durante los trabajos de demolición, excavación o remodelación. Para ello, suelen usarse puntales, vigas y refuerzos que mantienen la estabilidad y seguridad de la estructura. Estos elementos transmiten la carga de modo inclinado (jabalcones o tornapuntas).

¿Qué son los apuntalamientos?

Por su parte, el apuntalamiento es, según la RAE, “una estructura auxiliar y desmontable que sirve para soportar o reforzar una obra ya construida”.

Como su propio nombre indica, la acción de apuntalar consiste en poner puntales, elementos hincados en firme para sostener una pared que está caída, o un edificio que amenaza con derrumbarse. Estos elementos transmiten la carga mediante objetos verticales, como puntales, pies-derechos o enanos.

¿Cuándo son necesarios los apeos de fachada?

Lo primero que hay que hacer antes de decidirnos por una opción u otra, es realizar un estudio previo, detallar cuáles son las causas del problema, su evolución y el tiempo de permanencia del apuntalamiento.

Normalmente, se hace necesario el uso de apeos en la fachada por deformaciones estructurales provocadas por grietas o roturas. También por problemas en el asentamiento de la cimentación por degradación de los materiales o por fallos en el terreno. Por último, será necesario usar apeos en la fachada cuando existan problemas derivados por causas externas, como movimientos sísmicos, humedades, o ataques de xilófagos (insectos que se alimentan de madera), entre otros.

apeo edificio

Diferencias entre apeos y apuntalamientos

Tras dejar claro qué es un apeo y qué es un apuntalamiento, vamos a explicaros las diferencias más significativas que existen entre ambos términos. Aunque a priori puedan parecer casi lo mismo, lo cierto es que su uso depende de factores distintos, que os vamos a detallar a continuación.

La principal diferencia entre apeo y apuntalamiento es que el apeo se usa como medida preventiva para evitar daños, mientras que el apuntalamiento se utiliza como medida correctiva para reparar o reforzar una estructura que ya está dañada.

Además, otra de las grandes diferencias entre estos dos conceptos está marcada por la urgencia con la que se inicia el procedimiento. Mientras que el apuntalamiento se realiza con carácter de urgencia para evitar el desplome de un edificio o de una parte de él, los apeos suelen estar previstos y forman parte de los trabajos de construcción o reforma.

Por último, los apuntalamientos transmiten las cargas normalmente del techo a una zona inferior con elementos colocados en posición vertical, mientras que los apeos transmiten las cargas por elementos inclinados.

Tipos de apeos y apuntalamientos

Tras conocer cuándo es necesario utilizar uno u otro, la función de este apartado es contaros los distintos tipos de apeos y apuntalamientos que existen en la actualidad, dependiendo del material, de su función, de la parte constructiva que vayamos a apuntalar o según la emergencia.

Apeos según el material.

Tradicionalmente, los apeos se usaban mediante piezas de madera, aunque en la actualidad se utilizan elementos metálicos, ya que admiten mayores alturas y cargas.

En cuanto a los apuntalamientos metálicos, pueden distinguirse entre puntales telescópicos, puntales triangulares, perfiles estándar y mecanos.

Apeos según su función y disposición de los elementos.

En este apartado, hay que distinguir entre elementos verticales, horizontales o inclinados:

  • Elementos verticales: contrarrestan las compresiones verticales y sirven para sostener elementos horizontales. Estos pueden ser postes, pies derechos, zapatas murales…
  • Elementos horizontales: suelen colocarse entre zapatas murales para ayudar a estabilizar y pueden ser codales, piezas de sección circular, cuadrada o rectangular que sirven para mantener la distancia entre dos elementos.
  • Elementos inclinados: se usan para el apeo de elementos verticales por medio de tornapuntas.

apeos laterales

Apuntalamientos en función de la parte constructiva que vayamos a apuntalar.

Aquí encontramos zanjas, cimentaciones, pilares, muros, vigas, forjados y voladizos, huecos, arcos, bóvedas y cubiertas.

Apeos y apuntalamientos de emergencia.

Cuando existe peligro de derrumbe de un edificio, se hace necesario el uso de estructuras auxiliares de carácter provisional, como son los apeos y los apuntalamientos. Existen distintos tipos: apuntalamientos en cimentaciones, en pilares, en vigas, en forjados y de muros.