¿Qué es y en qué consiste el apuntalamiento de forjados?

En el mundo de la construcción son muchos los procedimientos a realizar, pero hoy nos vamos a centrar en el apuntalamiento de forjados. Para entender mucho mejor todo lo que os vamos a contar a lo largo de este post, lo primero que tiene que quedar claro es qué es un apuntalamiento, que no es más que la acción o efecto de apuntalar o poner puntales para sostener una pared que está desplomada o un edificio que amenaza ruina.

apuntalamiento de forjados

Tras conocer el significado del apuntalamiento, vamos a intentar explicaros en qué consiste este procedimiento, en qué se diferencia de los apeos y cómo se usa el apuntalamiento en el mundo de la construcción. No pierdas detalle de las siguientes líneas porque estamos seguros de que os van a servir de gran ayuda.

¿Qué es un apuntalamiento?

Aunque ya os hemos comentado un poco más arriba en qué consiste apuntalar, es conveniente añadir que un apuntalamiento es una construcción auxiliar que suele utilizarse para evitar derrumbes o movimientos en un edificio, así como para la realización de reformas o cambios estructurales en un inmueble.

El apuntalamiento es un recurso temporal que se utiliza con carácter de urgencia para reforzar un edificio que amenaza con derrumbarse o también como estructura adicional que soporte las cargas mientras dura una obra. Con el apuntalamiento se transmiten las cargas a través de elementos verticales, que pueden ser puntales, enanos o pies-derechos.

En qué consiste un apuntalamiento de forjados

El apuntalamiento de forjados debe hacerse siempre de abajo hacia arriba y siguiendo las indicaciones de un técnico especializado en este tipo de procesos.

Muchas veces, los operarios se encuentran con el problema de apuntalar un edificio en el que es imposible acceder al piso inferior, por lo que se hace necesario conocer la capacidad de carga del forjado superior que se va a apuntalar. Si finalmente la operación no se pudiese realizar, habría que buscar otras alternativas más viables.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta, es que es necesario revisar frecuentemente el apuntalamiento para ver si alguna pieza se ha desajustado o ya no cumple con su función de manera óptima.

¿Es lo mismo el apuntalamiento que el apeo de forjados?

Aunque a priori puedan parecer casi lo mismo, lo cierto es que el uso de un apuntalamiento o un apeo depende de factores distintos. Como ya os hemos comentado más arriba, el apuntalamiento es un recurso temporal que se utiliza con carácter de urgencia para reforzar un edificio que amenaza con derrumbarse, o también como estructura adicional que soporte las cargas mientras dura una obra.

Por su parte, el apeo se utiliza para sostener o reforzar una estructura con el objetivo de evitar su derrumbe durante los trabajos de demolición, excavación o remodelación. Para ello, suelen usarse puntales, vigas y refuerzos que mantienen la estabilidad y seguridad de la estructura. Estos elementos transmiten la carga de modo inclinado (jabalcones o tornapuntas).

La principal diferencia entre apeo y apuntalamiento es que el primero se usa como medida preventiva para evitar daños, mientras que el segundo se utilizar como medida correctiva para reparar o reforzar una estructura que ya está dañada. Además, otra de las grandes diferencias entre estos dos conceptos está marcada por la urgencia con la que se inicia el procedimiento. Mientras que el apuntalamiento se realiza con carácter de urgencia para evitar el desplome de un edificio o de una parte de él, los apeos suelen estar previstos y forman parte de los trabajos de construcción o reforma.

Por último, los apuntalamientos transmiten las cargas normalmente a una zona inferior con elementos colocados en posición vertical, mientras que los apeos transmiten las cargas por elementos inclinados.